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Haití, el país más pobre de América, donde se repiten y repiten las tragedias

19 de Agosto de 2021 a las 05:19

Haití, el país más pobre de América, donde se repiten y repiten las tragedias

A la extrema pobreza, la corrupción, los gobiernos fallidos, la pandemia, se le suman los desastres naturales

Esta nación no termina de salir de una tragedia, para ingresar en otra, mientras crecer la miseria, el hambre, la pandemia, las enfermedades y la corrupción que se queda con lo poco que le llega a este país caribeño, que no ha logrado tener un Gobierno que lo saque del atraso social, político y económico, en el que han vivido por décadas.

HAITI. – ¿Qué es lo que pasa en Haití se pregunta el mundo?, que no logra ver la luz al final del túnel. Por décadas ha sido la nación más pobre de Latinoamérica, a la que muchos gobiernos le envían millonarias ayudas humanitarias, que no se ven, no transformas y no terminan por satisfacer las mínimas necesidades de millones de personas que deben vivir en la extrema pobreza, con miedo a que llegue un nuevo desastre, que por lo general siempre les llega.

En Haití todo puede empeorar. Este domingo, un día después de que un terremoto de magnitud 7,2 grados sacudiera la tierra, no solo la cifra de muertos subía, sino que las alertas anunciaban que otra tragedia estaba a la vuelta de la esquina para sumar más destrucción a un país que no levanta cabeza.

No había pasado una semana del terremoto y ahora la amenza son los huracanes que toma a gran parte de los habitantes de la isla totalmente desprotegidos, porque sus casas fueron destruidas, el temor es que se produzcan deslizamientos de tierra, inundaciones y derrumbes en las áreas donde golpeó más fuerte el terremoto, dicen los expertos.

Un potente terremoto en un país que vivía la tragedia de no haberse recuperado del sismo de magnitud 7,3 grados que en enero de 2010 arrasó con todo, se llevó más de 300.000 vidas, dejó millones de heridos y sumó en una miseria más profunda a otro tanto. A finales de aquel año trágico una epidemia de cólera, supuestamente llevada por cooperantes internacionales, mató a 10.000 haitianos más.

Hoy, cuando los informes de esta nueva catástrofe inundan las redes y los medios de comunicación, el mundo vuelve a volcarse sobre Haití: ofrecen su ayuda, envían equipos de rescate y se anticipa una lluvia de dólares. Estados Unidos, España, Perú, Venezuela, Ecuador, Chile y hasta Colombia, al igual que una decena de países, ya anunciaron que enviarán ayuda, equipos médicos, suministros y “todo lo que haga falta”.

Pero no se pueden repetir los errores del pasado. Tras el terremoto de 2010 el país nunca pudo recuperarse, básicamente por dos razones: la millonaria ayuda internacional prometida nunca llegó y la que sí lo hizo terminó en los bolsillos de unos pocos.

“La historia de Haití está plagada de ejemplos de intervención extranjera, tanto de manera oportunista como bajo el disfraz de un cuidado benevolente. Sin embargo, sorprendentemente pocos gobiernos y organizaciones se han tomado el tiempo de trabajar con los haitianos comunes para resolver problemas”, escribió Brian Lichtenheld para Project CURE, organización sin ánimo de lucro que entrega equipos médicos en todo el mundo.

Muchos pensaron que el desastre era la oportunidad perfecta para levantar de nuevo a esa nación y le dieron al gobierno de ese momento, encabezado por René Préval y desde 2011 por Michel Martely, la dirección de la reconstrucción. Fueron US$9.000 millones en asistencia humanitaria, más US$2.000 millones en petróleo donado por Venezuela los que inundaron ese país y se despilfarraron en ocho años.

Por culpa de los corruptos que han gobernado a ese país, este sábado los haitianos no pudieron enfrentar el nuevo movimiento de tierra y siguen en el peor de los mundos: en precarias casas levantadas a las malas en barrios empobrecidos, sin carreteras ni hospitales y a merced de más de 76 bandas criminales que hicieron del secuestro su modo de vida: desde el año pasado en Puerto Príncipe nadie se ha salvado de la extorsión, la epidemia de COVID-19, la miseria y la violencia.

 

 

 

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