El Partido Quebequense

Por: Anabelle Chacón Castro

El Partido Quebequense (PQ) siempre se ha identificado con una línea totalmente conservadora.  Se encuentra gobernando la provincia de Quebec por largo tiempo.  Su actual Primera Ministra, Pauline Marois, se ha distinguido por su clara intolerancia a los diferentes grupos étnicos.  La inapropiada ley de Marois sobre la prohibición del uso de símbolos religiosos por parte de servidores públicos fue una clara muestra de poco sentido de abertura a diferentes formas de pensar y, por lo tanto, de vivir.

Marois no ha tenido ninguna reserva de mostrarse abiertamente no sólo a sus ideales ultra conservadores sino también a su visión, totalmente anacrónica, separatista.  Es decir, que Marois ha reavivado el sentimiento nacionalista de los quebequenses de verse a sí mismos como un país independiente; no, como una nación –porque ya lo son- sino como país.   Para esto, vale la pena revisar los dos conceptos.  País y nación no son conceptos sinónimos, lo ideal sería que lo fuesen, pero la práctica indica que no.  Un país es una extensión territorial reconocida internacionalmente como independiente con capacidad de auto gobernarse y auto determinarse, sus habitantes pueden ser muy diferentes en todo sentido. Una nación, es un grupo humano que guarda las mismas tradiciones, creencias y que, generalmente tienen las mismas raíces culturales; no son reconocidos internacionalmente; sino que habitan dentro de un país que puede reconocerlos internamente.  Un caso claro son las diferentes naciones indígenas.

Este precisamente es el caso de la Provincia de Quebec, que es reconocida por Canadá como una nación, como un compromiso histórico adquirido por los ingleses cuando vencieron a los franceses a los inicios de la colonización del suelo canadiense.  Fue desde ahí que se les permitió guardar su idioma y su capacidad de determinarse para que puedan mantener su cultura.  Fue así que en Canadá se  optó por el bilingüismo, como una muestra de respeto a los franceses y sus descendientes.

Quebec está ubicada en una franja territorial totalmente intermedia en el mapa canadiense.  Esto hace que sus sueños de independencia sean, desde el punto de vista geopolítico, imposibles.  Canadá, desde el punto de vista territorial se debilitaría sustancialmente con una división semejante.  ¿Puede Usted imaginar el mapa de Canadá así de divido?  Resulta inconcebible.  Desde el punto de vista comercial, por otro lado, tampoco se ve la factibilidad porque el flujo comercial que proviene del Atlántico avanza por el río San Lorenzo hacia los grandes lagos.

¿Por qué es entonces que quieren los quebequenses independizarse?  Por un acérrimo nacionalismo, que les lleva a pensar que pueden o deben hacerlo.  Quebec tiene una posición privilegiada frente a las demás provincias tanto en lo legal como en lo económico.  En lo legal, muchas de las leyes federales se exceptúan para esta provincia y en lo económico, los beneficios sociales son mejores que en las demás provincias y estos beneficios necesitan de un presupuesto que los sostengan. 

En 1995 hubo un referéndum en la provincia para preguntar que si Quebec se debía proclamar soberana y los resultados fueron apretados, un  49.42% votó a favor y un 50.58% en contra.  Ahora con el flamante candidato para PM del PQ, el billonario Pierre Karl Péladeau, estos vientos separatistas vuelven a soplar con fuerza ante ya que este magnate de la media tiene la fuerza y el carisma para hacerlo, tanto así que Marois se ha hecho a un lado para darle paso a su ex ministro.  Esto hace que las próximas elecciones, en abril 7, en la provincia francesa sean de vital importancia para el destino de Canadá y deban importarnos a todos.