¡Salven a Ecuador!, el país se hunde entre el narcotráfico, la violencia y la corrupción

El crimen político del candidato presidencial Fernando Villavicencio el 9 de agosto, y otros lideres sociales en las últimas semanas en Ecuador, son solo una de las partes de los grandes y complejos problemas que está hundiendo a el país suramericano en una profunda crisis económica, política y social de la que le será muy difícil salir, si no saben elegir una persona que logre detener el desastre, en el que el narcotráfico y la corrupción, son los protagonistas que se apoderan de toda la nación.

EDITORIAL. - Ecuador está recorriendo el mismo y tortuoso camino que recorrió Colombia en los años 80 y 90 con el poder del narcotráfico, Pablo Escobar, el capo de capo que tantos crímenes cometió, los altos índices de violencia, corrupción y el asesinato de grandes lideres que querían enfrentar la delincuencia y acababan siendo masacrados, ante la falta de estado que realmente los enfrentará.

La frágil democracia que se sostiene en Ecuador está en peligro, la violencia se está expandiendo por todo el país y en medio de los muertos se está eligiendo un nuevo presidente, del que se espera mucho, pero que podrá hacer muy poco ante el poder de las grandes mafias del narcotráfico que avanzan sin control, y a punto de asesinatos.

Es tan claro lo que está pasando que hace poco se incautó casi nueve toneladas de cocaína ocultas en un cargamento de banano, pero esta vez el mayor cargamento de drogas, no provenía de Colombia ni de Perú, los mayores productores de cocaína de América Latina, sino de Ecuador, el pequeño país situado entre ambas naciones.

Durante años, Ecuador ha luchado contra el narcotráfico debido a su situación geográfica, sus fronteras muy fluidas y sus puertos importantes en el océano Pacífico, pero en los últimos años esa guerra se ha venido perdiendo y el poder de las mafias aumentaba, al mismo ritmo que la corrupción de los gobiernos de turno y la violencia. En los últimos meses la situación ha empeorado, ahora mucho mas con la muerte de uno de los candidatos a la presidencia de la república, Fernando Villavicencio, quien venia denunciando actos de corrupción del expresidente Rafael Correa, prófugo de la justicia, y sus aliados políticos.

Ecuador cerró 2022 con la mayor tasa de muertes violentas de su historia, al registrar 25,32 por cada 100.000 habitantes, pero la tendencia para este año puede llegar, e incluso superar, los 40 homicidios por cada 100.000 habitantes. Muestra de esa espiral de violencia atribuida por las autoridades al crimen organizado y al narcotráfico está en el reciente asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, acribillado a la salida de un mitin en Quito. Uno de los mayores focos de la violencia que sufre el país son las cárceles, donde han sido asesinados más de 400 reclusos desde 2020 en una serie de masacres entre bandas rivales, que han trasladado sus disputas de las calles a las prisiones.

Un sistema penal superpoblado, corrupto y mal financiado se ha convertido en el caldo de cultivo para las bandas de presos que han formado alianzas con poderosos cárteles de la droga, incluso del extranjero.

Todo eso está generando un estado de violencia que han contribuido a que Ecuador de hunda en una crisis de la que le será muy difícil salir, por lo menos rápidamente, porque le nuevo presidente tendrá muy poco tiempo para intentar hacer realmente algo. Ecuador irá a las urnas el 20 de agosto para elegir al próximo binomio presidencial e integrantes de la Asamblea Nacional, en elecciones anticipadas provocadas por el mecanismo de “muerte cruzada”. En medio de la disputa electoral, el país se encuentra sumido en una grave crisis de seguridad. Los sucesores al gobierno de Guillermo Lasso completarán el periodo 2021-2025: contarán entonces con apenas un año y medio de mandato para arreglar tantos problemas.