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VIENTOS DE CAMBIO EN TORONTO El nombramiento del primer Jefe de Policía negro.

28 de Mayo de 2015 a las 14:24

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Por: Anabelle Chacón Castro
No uso el adjetivo “negro” en forma peyorativa, sino más bien como descripción de una cualidad evidente, nada tiene que ver con la ofensiva versión en inglés “nigro”. Pero es que creo que la verdad no puede ocultarse, como no puede ocultarse el color de la piel y, para quienes no somos blancos, nuestro color debe ser un orgullo. Mis rasgos me denotan hispana y me siento orgullosa de serlo, como seguramente se sentirá el primer jefe de policía de la ciudad de Toronto, Mark Saunders que es el segundo Jefe de Policía de color, nombrado en Canadá. El primero fue Devon Clunis en el 2012, nombrado en Winnipeg.
 

Mark Saunders, nacido en 1962 en Londres – Inglaterra, de padres jamaiquinos, emigró a Canadá con ellos cuando todavía era un muchacho e ingresó a la Policía a inicios de los 80. Sus méritos profesionales hablan por sí solos y ha estado en casi todas las especialidades de la policía. 
 

Parecería que este hecho no es muy significativo, si se piensa que estamos en un país multicultural y hecho de inmigrantes, pero lo particular de esto, es precisamente eso, que Saunders es un estereotipo de la sociedad canadiense y aunque muchos calzan en su perfil, pocos logran posiciones tan importantes como él. Porque resulta innegable que aquí también las formas de poder siguen teniendo rostros masculinamente blancos.
 

Analicemos un poco, Saunders no nació en Canadá, viene de un hogar que emigró dos veces, es negro y, por mérito propio, llega a culminar su carrera en la más alta posición jerárquica policial. Solamente el 23% en los policías torontianos son de su color, lo cual no es la misma proporción que la población a la que sirve y que duplica el porcentaje; pero, sin embargo, son las que mayores problemas sociales tienen.
 

Su nombramiento sirve de ejemplo a una comunidad que históricamente ha sido estigmatizada y ojalá que el Jefe la pudiese ayudar más directamente. Por otro lado, también será un abrir puertas a las otras comunidades para que se proyecten hacia posiciones que, tradicionalmente, han sido ocupadas por personas blancas.
 

Los vientos de cambio soplan en todos lados y Toronto no puede ser la excepción, como el ícono que es para todo Canadá. Debemos resaltar estos ejemplos que nos orgullecen a todos cuando somos capaces de traspasar esas barreras de segregación en cualquiera de sus formas. Solamente así podremos avanzar a tener sociedades de mentalidad abierta y tolerantes.

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