Tribunal obligó a revisar caso de familia a la que le rechazaron petición de refugio

Cuestionan papel de funcionarios de inmigración . Los funcionarios de inmigración canadienses mostraron un nivel preocupante de sesgo y "falta de objetividad" cuando impidieron el regreso a Canadá de una familia víctima de tortura, dijo el Tribunal Federal en una sentencia que exige que el caso sea revisado.

En una sentencia la juez María Gleason, le ordenó que una oficina de visas revisar el caso dentro de  90 días y le concedió al demandante, Adel Benhmuda, un ex residente en Mississauga el pago de 5 mil dólares por sus gastos de abogados en la demanda contra la oficina de migración que el impido regresar con su familia pese al peligro que corrían.

Benhmuda, su esposa y sus cuatro hijos - dos de ellos nacidos en Canadá - fueron deportados a Libia en 2008, después de Canadá rechazó la alegación Benhmuda para obtener el estatuto de refugiado. En ese momento, Libia todavía estaba en las garras del dictador Moammar Gadhafi y según Benhmuda fue detenido a su llegada a Trípoli y encarcelado durante un total de seis meses en dos ocasiones distintas.

Durante ese tiempo, dice, los guardias de prisiones lo torturaron atándose los pies descalzos y colgándolo al aire, donde luego era golpeado con porras y cables eléctricos. La familia huyó a la isla de Malta y pasó nueve meses viviendo en un contenedor.  En febrero de 2011, la Oficina del Alto Comisionado para los Refugiados pidió formalmente a Canadá que se reabra el caso de estos refugiados y se le permita el regreso al país.

El ministro de Inmigración, Jason Kenney, rechazó las acusaciones de que el Canadá había deportados Benhmuda a la tortura, y se comprometió a dar a la petición de la familia de regresar a Canadá. Pero en noviembre de 2011, su solicitud fue rechazada lo que generó la demanda ante el tribunal que ahora le da la razón a los peticionarios de refugio.

El fallo del tribunal federal deja claro el Benhmudas nunca tuvo la oportunidad de una audiencia justa.

La familia dice que hasta que el Migración no autorice su regreso ellos no creerán que el fallo les da la razón, por lo que prefieren guardar las esperanzas pero sin hacerse alusiones para no defraudar a los niños que quieren regresar al país donde nacieron. "Les dije que no pensarán en Canadá nunca más", dijo. "No quiero darles falsas esperanza, porque luego van a ser herido de nuevo”, dijo el afectado.