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Marchas pacíficas, violentos disturbios, bloqueos y saqueos, profundizan crisis en Colombia

27 de Mayo de 2021 a las 02:23

Marchas pacíficas, violentos disturbios, bloqueos y saqueos, profundizan crisis en Colombia

Ya va más de un mes que los colombianos iniciaron su protesta social contra el Gobierno de Duque

Los colombianos en algunas zonas del país, especialmente en Bogotá y Cali están viviendo verdaderas noches de terror, porque, aunque las manifestaciones en el día, son en paz, sin mayores enfrentamientos con la policía, en las noches se transforman en verdaderas batallas campales, que han dejado miles de heridos y muertos, mientras delincuentes están aprovechando el desorden, para matar y robar.  

BOGOTÁ. – Colombia está sumida en una profunda crisis, económica, política y social, por las marchas de protestas contra el Gobierno de Iván Duque, que se han multiplicado en todo el país, y que en algunas regiones se han tornado muy violentas, dejando varios muertos y cientos de heridos, entre ellos personas que han perdido sus ojos.

Las protestas, en su mayoría pacíficas, se mantienen mientras las conversaciones entre el Gobierno y el comité del paro avanzan con mucha lentitud. Por ahora el país esta semiparalizado por cada jornada convocado por sindicatos y organizaciones sociales, pero realmente porque cuanta con una amplia participación de jóvenes que están exigiendo cambios más profundos en la forma de gobernar. Ellos son los que mantienen viva la manifestación en las calles.

Ya se cumplió un mes de protestas contra las políticas gubernamentales, mientras crecen las acusaciones de violencia policial y violación a los derechos humanos de los uniformados, pero también el número de detenidos, entre ellos vándalos que fueron encontradas realizando ataques violentos, o saqueos.

A gritos de “no nos maten” “estado asesino” o “viva el Paro Nacional”, centenares de personas siguen saliendo a las calles en ciudades como Bogotá, Medellín, Cali o Bucaramanga, pero también en pequeñas poblaciones, donde la situación se ha salido de control.

Gran parte de las manifestaciones son pacíficas y festivas, con mucha música, y mensajes directos al Gobierno de Duque y a los empresarios para que pongan fin a la desigualdad, pero de las miles de personas que salen a las calles en el día, solo unas cuantas se quedan a realizar los ataques violentos, quemando edificios de gobierno, o intentado realizar saqueos que terminan en enfrentamientos con la policía. Una de las jornadas mas violentas se vivió en Tuluá, donde un incendio provocado por personas sin identificar redujo a escombros el Palacio de Justicia de la población. Todo esto mientras importantes vías del país se mantienen bloqueadas, lo que ha impedido la llegada de suministro médicos y alimentos a las grandes ciudades. 

Las protestas ya dejan un saldo trágico de 43 muertos, y cientos de heridos, entre policías y manifestantes, entre ellos algunas personas que han perdido alguno de sus ojos, por los disparos o los golpes, o de policías que fueron quemados, recibieron disparos o fueron apuñaleados. De acuerdo a organizaciones de derechos humanos las cifras son más alta, y en su mayoría por casos relacionados con la violencia de la policía, a la que también acusan de violencia sexual, por lo que los negociadores del paro exigen el desarme del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad).

Las abundantes imágenes de brutalidad policial en distintos lugares de Colombia han puesto contra las cuerdas al ministro de Defensa, Diego Molano, que esta semana ha enfrentado sendos debates de moción de censura en el Congreso.

Otro grave problema que están generando las protestas, son los bloqueos en carreteras y salidas de ciudades, que generaron que miles de personas vestidas de blanco protestaron en Cali para rechazar esta clase de manifestación que está afectando a millones de personas.

Gran parte de los colombianos están a la expectativa de las negociaciones entre el Gobierno y el comité del paro nacional, pero el proceso esta enredado y avanzan con mucha lentitud, mucho más ahora que el alto comisionado para la paz, Miguel Ceballos, que estaba actuando de mediador, renunció. Por ahora solo se trabaja en un preacuerdo para encaminarse a una negociación.

 

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