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Por tratar de “mico” a un inmigrante, empresario canadiense debe pagar $23.500

31 de Julio de 2013 a las 12:45

Por Ciro Alquichire V.

Juez canadiense determinó que se violó su dignidad el extranjero por el ataque verbal. Según el trabajador temporal agrícola el capataz canadiense se refería a ellos gritándoles que “parecían monos colgando de las ramas”, por lo que se quejó ante el dueño de la granja, pero la respuesta fue el despido inmediato y la repatriación a su país.

TORONTO.- Los insultos contra los inmigrantes son seriamente sancionados en Canadá, así lo demuestra el fallo del Tribunal de Ontario contra un granjero que fue declarado culpable por permitir el ataque racista contra sus trabajadores extranjeros a quienes llamaban “monos”, como micos o gorilas, por lo que deberá pagarle una indemnización de $23.500 dólares.

Según el Tribunal de Derechos Humanos de Ontario el empresario causó serios perjuicios al trabajador agrícola y permitió el ataque contra su dignidad, por lo que deberá compensarlo económicamente y realizar en los próximos días talleres derechos humanos en su granja.

Los hechos se registraron en la plantación agrícola Double Diamond Acres Ltd., localizada en la población de Kingsville, al sur de Ontario en la frontera con EE.UU. en donde trabajaba Adrian Monrose, un trabajador temporal agrícola, oriundo de St. Lucian, una pequeña isla del caribe, frente a las costas venezolanas y que viene cada año a recoger las cosechas en Canadá.

De acuerdo la demanda del padre de familia de raza negra, el empresario Benji Mastronardi, permitia que el supervisor de la granja, Jeffery Carreiro, tratara a los trabadores extranjeros de “monos”, (“monkeys”), pero un día él se cansó del ataque racista y pidió respeto, pero su empleador en vez de sancionar al atacante, lo despidió y lo obligó a salir del país.

Para defenderse de las acusaciones el empleado había dicho que el problema era que el inmigrante era violente, pero según el juez no había fundamentos para tal afirmación y mucho menos para el tratamiento de “mono”. El dueño de la granja y su supervisor, han negado que llamaran monos a los trabajadores, pero las pruebas demostraron todo lo contrario.

 Ante el fallo del Tribunal la compañía que trae trabajadores temporales para recoger las cosechas en Canadá, especialmente latinoamericanos, dijo que no tenía comentarios a las acusaciones o a la decisión del tribunal.

El trabajador agrícola que ahora trabaja para otra granja en Windsor, dijo que muchos trabajadores temporales extranjeros necesita valor para defender sus derechos, porque saben que al hablar o denunciar a sus jefes o empleadores canadienses corren el riesgo de ser devueltos a su país y seguramente no serán contratados para el próximo año, por lo que pidió más respeto para ellos, “porque todos somos iguales”.

Anualmente llegan miles de trabajadores agrícolas latinos a Canadá, gran parte de ellos de Centroamérica y el caribe, que vienen a realizar la recolección de las cosechas. Muchos se han quejado de los malos tratos de sus jefes, de la mala alimentación y las condiciones de vida que deben sufrir para poder trabajar, pero las denuncias son pocas. Pese a los problemas que deben enfrentar ellos también destacan que no en todos los lugares el tratamiento es igual, y que el dinero que reciben por unos meses de trabajo, es el sustento de toda una familia durante todo el año.

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