Gran despegue de Nadal en Montecarlo

Dimitrov destroza su raqueta por la paliza que le da el español

Nadal se medirá por un puesto en las semifinales con el ganador del partido entre Andrey Rublev y Casper Ruud.

MADRID. – El partido iba 6-1 y se jugaba el último punto que confirmaría el 3-0 de Nadal en el segundo set. Una paliza deportiva del tenista español sobre Dimitrov que el búlgaro iba a encajar de la peor de las maneras. Cuando perdió el punto la pagó con su herramienta de trabajo. Hizo trizas su raqueta, partiéndola del todo ante la mirada atónita de todos los presentes. "Eso es hacer el ridículo", comentó el extenista Roberto Carretero.

 Tras derrotar este jueves por decimocuarta vez en su carrera a Grigor Dimitrov, Nadal aparece entre los ocho mejores del Principado por decimosexta vez consecutiva. Su racha se alarga desde 2005 y sólo falló en 2003, año del debut, cuando apenas contaba con 16 primaveras.

A pesar de que Rafael Nadal ha ganado más partidos (100) y más títulos en Roland Garros (13), Montecarlo es el torneo donde tuvo una mayor racha de éxito, con ocho entorchados seguidos entre 2005 y 2012, y donde decidió morder su primer trofeo hace 16 campañas para diferenciarse de los demás en las celebraciones.

El balear, que suma 73 partidos ganados en el Country Club, no ha notado el hecho de haber llegado con menos ritmo que nunca a la cita. La espalda le había obligado a renunciar a Rotterdam, Acapulco, Dubái y Miami tras caer con Stefanos Tsitsipas en los cuartos del Open de Australia.

También se había visto obligado a ausentarse de la segunda edición de la ATP Cup donde España cayó en las semifinales con la Italia de Fabio Fognini y Matteo Berrettini.

Dimitrov puso tan poca resistencia que coqueteó con la multa que tiene estipulada la ATP por falta de combatividad. Entregó los cinco primeros juegos de la manga inicial y se limitó a no encajar un rosco para intentar salir con la cabeza alta. Cometió 32 errores no forzados y conectó 11 ganadores. El balance de su verdugo fue de 17 ganadores y tan sólo cinco fallos. Una máquina de precisión cada vez que pisa la tierra batida.