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Nicaragua: Chaos, Violencia e Inestabilidad

01 de Mayo de 2018 a las 11:12

Nicaragua: Chaos, Violencia e InestabilidadPor: Luis Moreno

ANÁLISIS – Luis Dallanegra Pedraza, director del Centro de Estudios Internacionales Argentinos público en el 2008 un artículo titulado “Tendencias políticas en América Latina en el contexto mundial del Siglo XXI: Hacia una teoría política realista-sistemática-estructural sobre América Latina”. En dicho artículo, Pedraza explica que, “América Latina, históricamente y en la actualidad, es una región desintegrada y desarticulada, cuyo desarrollo se orienta en la dirección de las líneas políticas de los dominantes, sean Estados o actores transnacionales, que operan desde el exterior o el interior, y desarrolla y mantiene escasas y débiles líneas de política de resistencia o autonomía, mayoritariamente no compartidas por todos los Estados y, en muchos casos, boicoteadas por ellos mismos en actitudes disfuncionales a los intereses de la región y funcionales a intereses externos”. Pedraza también sugiere que existen “actores subnacionales” que causan generando impactos sobre la región, “…en algunos casos, para sacar ventajas espurias – como el narcotráfico –, en otros, para actuar sobre el statu quo vigente – político, económico, social, de relaciones externas – para que se modifique o para adicionalmente, tomar el poder y generar un nuevo orden, con actitudes que van desde el extremo radical hasta conductas de resistencia…”. La actual crisis que vive Nicaragua es el resultado del régimen radical de Daniel Ortega. Pero, ¿Cómo es que Nicaragua de ser una resistencia en contra del Régimen Somoza ahora apoye a un régimen corrupto?

Pedraza señala que la región de América Latina está manipulada por los intereses de [gobiernos y empresas] internacionales. Por un lado, estos gobiernos dominantes apoyan a gobiernos de América Latina que estén abiertos a negociar tratados de libre comercio, claro, siempre y cuando los gobiernos dominantes sean beneficiados. Algunos ejemplos son, Cuba y Fulgencio Batista, México y “La Dictadura Perfecta”, Chile y Augusto Pinochet, Nicaragua y el Régimen Somoza. Por otro lado, Pedraza también señala que existen “actores subnacionales” que buscan modificar y generar un nuevo orden, por ejemplo, Cuba y Fidel Castro, México y el EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional), y, Nicaragua y el FSLN (Frente Sandinista de Liberación Nacional). La Revolución popular Sandinista (1979-1990) fue protagonizada por el FSLN y dio fin al régimen de la dinastía Somocista que gobernó Nicaragua entre 1936-1979. Sucesivamente, entre 1979 a 1984, la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional bajo el comando de Daniel Ortega gobernó Nicaragua, y, en 1984, Ortega fue legítimamente electo presidente. Durante 1984-1990, los “Contras”, también conocidos como la Resistencia Nacional, fueron un grupo armado que lucho en contra de los Sandinistas provocando una crisis civil, económica y política causando la muerte de más de 15,000 nicaragüenses. Debido a tan violento periodo, Daniel Ortega perdió las elecciones de 1990 – este año dio “fin” a la Revolución Sandinista. 

La Revolución Popular Sandinista y la “Contra Revolución” causaron una crisis económica y política, miles de profesionales, expertos y empresarios huyeron del país, y más de 65,000 personas perdieron la vida. Daniel Ortega y el FSLN perdieron las elecciones presidenciales de 1990, 1996 y 2001. Cabe señalar que desde 1838 hasta el 2006, los antiguos partidos de derecha y los modernos partidos Liberales y Conservadores habían dominado Nicaragua (con la excepción del FSLN en 1984-1990), sin embargo, después de una violenta revolución, Daniel Ortega ha gobernado desde el 2006 ininterrumpidamente donde muchos califican su régimen como “dictadura”. En las supuestas elecciones del 2016, Ortega fue reelecto con el 72.44% de los votos – la oposición declaro fraude electoral. Las actuales protestas en Nicaragua son resultado del régimen autoritario sandinista de Daniel Ortega y sus notorias reformas al Seguro Social. El 18 de Abril, el gobierno de Nicaragua anunció las nuevas tasas de aportes al Seguro Social en las que los (1) empleados pasarán de aportar al seguro entre un 6.25% al 7% de su salario, (2) los empleadores pasaran de pagar el 19% al 22.5% de los salarios de sus trabajadores, y (3) los jubilados se verán forzados a contribuir con el 5% del total que reciben como pensión de retiro – porcentajes muy por arriba de lo normal.

En la década del régimen de Daniel Ortega, nunca se habían visto protestas masivas en todas las regiones de Nicaragua. En las últimas semanas se calculan entre 9 a 63 muertos, 433 heridos, 120 detenidos y 15 desaparecidos. Aunque el régimen de Ortega decidió revocar sus notorias reformas al Seguro Social, los nicaragüenses continúan luchando a favor de un gobierno democrático. La respuesta internacional se ha mostrado a favor de los nicaragüenses, por ejemplo, la Ministra de Relaciones Internacionales canadiense, Chrystia Freeland aseguro que Canadá, “está preocupada por la información de varios muertos y heridos en las manifestaciones que se están produciendo en Nicaragua”. Por otra parte, Amnistía Internacional y Human Rights Watch denunciaron los abusos de derechos humanos y el cierre de los medios de comunicación. Daniel Ortega y el Sandinismo son una ironía a sus propios principios políticos. No cabe duda que Nicaragua necesita un cambio. Nicaragüenses, estamos con ustedes.

 

 

 

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