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NAYIB BUKELE Un presidente milenial

12 de Febrero de 2019 a las 16:00

NAYIB BUKELE Un presidente milenial

ANABELLE CHACON CASTRO

La victoria de Nayib Bukele era anunciada debido a la crisis del bipartidismo que había predominado el panorama político de El Salvador de la post guerra, la misma que terminó en 1992 luego de 13 años que dejaron más de 75 mil muertos y desaparecidos, es decir un 2% de la población, de las cuales el 80% eran civiles.   Cabe indicar que la guerra civil se dio por la crisis económica surgida a partir de la caída de los precios del cacao y el descontento popular, acrecentado por los constantes fraudes electorales.

Bukele es un milenial, un joven nacido en los 80, pertenece a la generación líquida, la que nació al mismo tiempo que la tecnología se masificaba en el mundo.   Estudio jurisprudencia en la Universidad Centroamericana, pero abandonó sus estudios para dedicarse a la publicidad, convirtiéndose desde temprana edad en un publicista.  Su nombre, no es precisamente latino, porque su padre es de origen palestino.

Militó en el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, FMLN, partido con el cual llegó a ser alcalde de Nuevo Cuscatlán en el 2012 y en el 2015 de San Salvador, en las dos ocasiones vence al candidato de Alianza Republicana Nacionalista, ARENA.  En el 2017, Bukele fue expulsado del FMLN por la agresión física y verbal a la consejera capitalina Xochilt Marchelli y por sus declaraciones en contra de los dirigentes del FMLN. 

En octubre del 2017, casi inmediatamente después de haber sino expulsado, al mejor estilo milenial, lanza su partido Nuevas Ideas en una transmisión en vivo por Facebook, alcanzando en poco tiempo las 200 mil firmas, pero el proceso de reconocimiento formal en el tribunal electoral tardó mucho, pero lo logró. 

En julio del 2018, inscribe su candidatura presidencial auspiciado por la Gran Alianza por la Unidad Nacional, GANA, un partido que coaliciona fuerzas de derecha.  El 3 de febrero logra una victoria sin precedentes con 1.388.009 votos, es decir el 53,03%, y es electo presidente sin necesidad de una segunda vuelta y rompiendo la hegemonía bipartidista, FMLN y ARENA.

El Salvador es llamado afectuosamente “el Pulgarcito” de Centro América, porque es el país más pequeño de la región.  Afronta problemas graves que van más allá de lo económico y social.  Su mayor problema son las maras que dominan al país y que son las que gobiernan ciertos recintos donde la autoridad gubernamental, local o estatal, no tiene cabida.

Estuve el año pasado en El Salvador y me sorprendió ver la amabilidad de su gente, su sencillez y la devoción a Monseñor Romero, hoy santo.  Pero la fe que le tienen a su santo desmerece con la explotación que han hecho las autoridades de su figura tratando de justificar muchas de sus políticas. 

Estuve en la iglesia donde fue asesinado y donde vivía, un sitio humilde.  Me conmovió ver sus vestiduras, las que llevaba cuando fue asesinado, con los rastros de sangre.  Estando ahí, es difícil entender la capacidad de maldad del ser humano. Un crimen de estado que hasta ahora no ha sido castigado; solamente el autor material fue encarcelado, pero el poder tras el miserable hecho no lo ha sido juzgado, aunque todo el mundo sabe que fue el gobierno.

También fui al Museo Nacional de Antropología donde me impresionó una exposición sobre la guerra civil y las historias vivientes de los relatos de las madres que trataban de impedir que les arrebaten a sus hijos, en particular, cómo se colgaban del helicóptero militar cuando subían a los niños y en el vuelo, les faltaban fuerzas para sostenerse y caían al vacío.

Bukele nació en 1981, la guerra civil fue del 1980 a 1992, es decir que Bukele pudo haber sido uno de esos niños que eran llevados al combate, arrebatándoles su inocencia, tal cual lo relata en forma magistral Luis Mandoki en su película “Voces Inocentes” (2004), basada en la vida del escritor Oscar Torres. 

Todos llaman a Bukele un presidente de izquierda con un partido de derecha, pero más allá de su ideología, El Salvador todavía tiene una gran deuda con su pueblo por las masacres de la que fueron objeto durante la guerra y que todavía siguen impunes.  Según la Comisión de la Verdad de la ONU, el gobierno fue responsable de 45% de las muertes, mientras que grupos paramilitares también gubernamentales, como los Escuadrones de la Muerte, de otro 40% y al FMLN se le atribuye un 5%.

Las consecuencias de la guerra fraticida, todavía se siente, sobre todo en las maras, muchos de sus miembros niños, como Chavita el personaje de Mandoki, a los que se les arrebató la vida y que no han conocido otro mundo que no sea el de la violencia. Bukele tiene una aceptación grande de su gente y es el llamado a ofrecerle a su pueblo un mejor futuro. ¡Vamos a ver, pues!

 

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