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Lo moral de lo inmoral; Las andanzas del Alcalde Rob Ford

06 de Noviembre de 2013 a las 14:17

La semana pasada ha sido llena de sorpresas para todos quienes vivimos en Canadá, en particular en Toronto. Los escándalos que ahora presenta el panorama político canadiense son sorprendentes.  Si estábamos alarmados con lo que pasa el Senado, esto ha sido superado con lo que ocurre con el Alcalde Ford. 
 
El Senado se encuentra en la discusión de suspender o no, con sueldo o sin sueldo, a los tres senadores  (Duffy, Brazeau y Walllin) envueltos en el asunto del reclamo de viáticos por vivienda y transporte al declarar domicilios en los que no vivían.  Como si fuese poco, el Senador Duffyrecibió un reintegro de 90 mil dólares de parte del Sr. Wright, mano derecha del Primer MinistroHarper, quien a su vez negó haber tenido conocimiento de esta situación y fue motivo de la separación del funcionario, pero ahora las declaraciones de Duffy en esta semana impactaron nuevamente a la opinión pública al decir que la reunión donde le dieron el cheque estuvo presente el Primer Ministro y que fue él quien autorizó el pago y que, es más, hubo un segundo cheque para pagar los honorarios del abogado.  Obviamente, esto fue negado por el PM y solicitó que Duffysea separado definitivamente del Senado y del Partido Conservador. Este escándalo se vio apocado ante la noticia de que el Jefe Blair de la Policía de Toronto reveló que tienen en su posición el polémico video, denunciado meses atrás por el Toronto Star, en el cual se ve al Alcalde Ford fumando cocaína con un grupo de tres traficantes de drogas, en la casa de uno de ellos, valga decir que de los tres individuos que aparecen con Ford, dos fueron asesinados y uno está preso.  Cuando se denunció la existencia de este video, en mayo, y se publicó en los diarios de Toronto la foto de Ford con los tres personajes en cuestión, el Alcalde inmediatamente negó la existencia del mismo y se limitó a decir que el no puede comentar de algo que no existe; por otro lado, al ser preguntado sobre la foto publicada, Ford manifestó que él se toma fotos con todo el mundo, como si fuese normal tomarse una foto con individuos con un historial delictivo alrededor de una fogata.
 
 
El Alcalde Ford ha presentado, durante su desempeño como máxima autoridad de Toronto, una conducta totalmente errática pero que es consecuencia de una trayectoria personal que viene desde el pasado.  Recordemos que Ford ya tenía antecedentes de haber sido detenido en Estados Unidos por posesión y consumo de marihuana, cuando fue arrestado mientras manejaba bajo la influencia del estupefaciente.  Durante su campaña él negó este hecho y luego se corrigió él mismo, diciendo que lo había olvidado; nuevamente, como si uno se pudiese olvidar que fue detenido por la Policía y el motivo por el cual lo fue. Las circunstancias en las que se ha visto envuelto el Alcalde Ford son numerosas y no, necesariamente, agradables.  Van de situaciones como la mencionada anteriormente, pero también otras como abuso de alcohol, acoso sexual, manejo indebido de un vehículo, violencia doméstica; es decir, una gama de eventos que no pueden enorgullecer a nadie, menos a quien dirige a la ciudad más grande de Canadá.  Para todo esto, ha tendido siempre la complicidad de colaboradores cercanos, comenzando por su hermano, el Concejal Ford, quien ha declarado que jamás ha visto beber a su hermano; lo cual ha sido corroborado por otro colaborador cercano el Concejal Holiday, ahora separado del Municipio, quienes han tratado de tapar el sol con un dedo.
 
 
El informe presentado por el Jefe Blair revela muchos detalles de la vida del Mayor Ford, como la relación con un colaborador suyo, que fue detenido por tráfico de drogas y ahora se encuentra bajo fianza, Sandro Lissi que el mismísimo Ford le dio una carta de recomendación donde afirmaba que era un buen tipo, aunque en sus declaraciones públicas Ford decía que únicamente se trataba de su chofer ocasional y un voluntario en su tienda política.  Sin embargo, uno de los videos, muestra a Ford con Lissi en una relación continua donde Lissi le entrega en forma regular en el mismo sitio, una estación de gasolina cercana a la casa de Ford, unos paquetes cuyo contenido todavía no ha sido develado.  Por otro lado, también ha salido a la luz los informes del cuerpo de seguridad del municipio donde, uno de ellos, asegura que en el Día de San Patricio el Alcalde llegó completamente borracho a las 2:30 am a su oficina  con una botella de licor a medias, acompañado de una mujer (todavía inidentificada), maldiciendo, gritando y llorando, para encerrarse en su despacho y fumar marihuana. Ante estas declaraciones y presentación de evidencia por parte del Jefe Blair en contra del Alcalde, a éste no le quedó más que abordar el tema en su programa radial semanal de los días domingos, 1010 AM, que lo realiza con su hermano.  Con un todo devastado, inicialmente pidió disculpas en términos generales a todo el mundo, pero luego asumió un tono desafiante contraBlair y lo retó a publicar el video (que meses atrás había negado su existencia) para que sea la gente la que lo juzgue y también dijo que la Policía no tiene nada en su contra porque no lo han arrestado y que las circunstancias que se la atañen son hechos de su vida privada que promete enmendar.  También aseguró que no es adicto a ninguna sustancia y que no hay motivo para renunciar. Al parecer estamos presenciado la punta del iceberg y todavía queda mucho por saber.  Cuando una circunstancia está revestida de tanta inmoralidad, como es el descaro de mentir en público, de negar hechos que la persona conoce que son ciertos, qué garantía se tiene de que no vuelva a ocurrir o es que el disculparse, tan escuetamente como lo hizo el Alcalde, ya borra el pasado y se puede continuar.  Se rompió la confianza, defraudó a sus votantes, a sus conciudadanos; no importa si lo que hizo fue legal o no; ese ya no es el punto.  El punto es que los actos de Ford son completamente inmorales y que, en un acto de dignidad y respeto, debería renunciar y dar paso a que la ciudad tenga un mandatario que la represente dignamente. Al igual que Duffy, quien al verse perdido trata de llevarse a sus mismos patrocinadores con él, en un acto de traición total, tan miserable como la corrupción y ambición que muestra; así mismo, Ford trata de llevar a la ciudad de Toronto a ese nivel bajo en el que ha estado viviendo con una doble vida, tratando de hacernos creer lo que no es. 
 
 
La moral y la inmoralidad no pueden coexistir en el mismo nivel son dos términos totalmente antagónicos, por eso ni Duffy es leal a su partido ni Ford renunciará a la alcaldía.  A alguien que ha vivido en la miseria no se le puede pedir que tenga un poco de decencia.

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