ARTICULO

La Eutanasia - La elección de morir con dignidad

04 de Diciembre de 2013 a las 15:13

Por : Anabelle Chacon

Años atrás el mundo condena legalmente, como un crimen, el hecho de ser homosexual aunque esta siempre haya existido a través de los tiempos; incluso, sociedades como la griegas, cuna de la civilización, eran inminentemente homosexuales y eso no impidió su desarrollo cultural.  Ahora el mundo la tolera y acepta, porque se ha roto el tabú de que ser homosexual es sinónimo de depravación, al contrario, las estadísticas muestran que los peores aberraciones sexuales son cometidas por personas heterosexuales.

 

El tema de la eutanasia ha sido tratado en muchos ámbitos.  Existe un caso de la vida real de un pescador español, Ramón Sampedro, que quedó cuadripléjico, producto de un accidente en el mar, y que pedía la muerte a gritos.  Solicitó a todas las cortes de España y su petición fue negada, hasta que se le ocurrió pedir a sus amigos que cada quien coloque una gota de cianuro hasta completar la dosis suficiente para morir.  Aportando una gota nadie podía ser culpado de asesinato. 

 

Su muerte fue transmitida en vivo en 1998, conmoviendo al mundo y dejando un mensaje de reflexión sobre la muerte.  Su caso fue llevado años más tarde, 2004, por Alejandro Aménabar, al cine y protagonizada por Javier Bardem: “Mar a dentro”, siendo está la película que lo lanzó a la fama.  Aquí en Canadá, existe un libro llamado “Octubre”, del escritor ontariano Richard B. Wright, 2007,  que cuenta la historia de dos amigos que se encuentran en un vuelo a Europa, el uno iba a Londres a visitar a su hija diagnosticada con cáncer terminal y el otro se dirigía a Zurich a morir en una cita planificada.  Las dos obras, película y libro, son dignas de ser analizadas para quienes reflexionan sobre el tema.

 

Ahora, en países del primer mundo, se debaten leyes que amparen el derecho a morir con dignidad.   Aquí en Canadá, específicamente en la provincia de Québec, la Ley 52 acaba de ser aprobada en primera instancia y se está debatiendo en segunda instancia antes de su aprobación definitiva, que se espera sea antes de fin de año.  Esta ley permite solicitar la asistencia médica para morir. 

 

Los antecedentes en América  son la ley de Oregón , el Acta para Morir con Dignidad (Death with Dignity) aprobada en 1994, pero que no ha sido suficientemente difundida por lo cual permanece en el anonimato; la Ley de Muerte con Asistencia Médica aprobada en Washington también en 1994, pero puesta en vigencia en el 2003; y, finalmente, entre otras la más conocida, la ley aprobada en Bélgica en el 2002 Ley de Eutanasia Registrada que se ha popularizado en el mundo y ha atraído a mucha gente a este pequeño país para planificar su muerte.

 

De acuerdo con Forum Research, en una encuesta realizada a 1,859 canadienses adultos el 23 de octubre de este año, las dos terceras partes están a favor de la eutanasia en el caso de una enfermedad terminal: 65% a favor, 22% en contra y el 13% restante no sabe.  Estos resultados no muestran gran varianza con los comparados con los del 2011 y 2012. De acuerdo al género, a favor de esto están el 69% de los hombres encuestados y el 61% de las mujeres.  De acuerdo con la edad, los que más favor están son las personas que se encuentran entre 55 y 64 años, con el 71%.  Si se refiere a la religión, los católicos muestran una aceptación del 56% y los ateos del 84%, mientras que los evangélicos tienen solamente un 22%

 

De acuerdo con la educación, los que tienen un posgrado se manifiestan en un 76% de acuerdo y los que tienen mayores ingresos (más de 250 mil al año) están a favor el 83%.  Estos números muestran claramente el prototipo de persona que puede pensar abiertamente en el tema y apoyarlo.  Son personas entradas en la edad madura con un alto ingreso y educación de cuarto nivel.  Seguramente estas cifras ayudan al debate que se está dando en la provincia de Québec y , lo más posible, es que Canadá reciba el año con una innovadora ley que permita a sus ciudadanos morir con dignidad.

 

Resulta muy difícil tomar una posición absoluta sobre temas que implican la vida, por el simple hecho, que las situaciones son muy complejas y una ley regula una generalidad pero cada caso es diferente y, lamentablemente, las leyes son dispuestas para lo general.  Por otro lado, si bien la mayoría de religiones con baraje en el cristianismo, la defienden esto no significa que se vuelva una verdad absoluta.  Lo cierto es que las sociedades van evolucionando y así como se debe mostrar tolerancia, ésta debe ser en todo sentido, incluso en el derecho a morir. 

 

Claro que estos temas son discutibles solamente en los países del primer mundo, porque en los demás, la mayor parte de la población, apenas está logrando sobrevivir y no tiene la dignidad siquiera para vivir, peor aún para morir.    Ojalá que algún día nuestros pueblos alcancen primero el derecho a vivir con dignidad, para poder pensar en el segundo; y, al decir dignidad, no me refiero únicamente al sustantivo que describe una cualidad inherente del ser humano, sino a todo el contexto social, económico y político en que se desarrolla la vida, concretamente a tener las necesidades fundamentales satisfechas para que permitan a la persona pensar en valores más sublimes.

 

Si se quiere morir con dignidad, primeramente hay que vivir con ella para poder alcanzar la segunda.  En el último escrito de mi padre, dos días antes de morir, escribió; “No le temo ni a la vida ni a la muerte, las dos vienen y se van.  La primera nos da el pasado y el presente y la segunda, el futuro que nunca vendrá.  No le debo nada a la vida, todo se lo di y todo me lo dio.  Fui feliz.  Estoy listo para partir.  Adiós a la vida, bienvenida a la muerte”.  Me parece muy bonito poder llegar a este punto de la vida, donde se siente uno realizado y se puede dar la bienvenida a la muerte y afrontarla sin miedo.  Resulta antagónico decirlo, pero ojalá la vida me dé la oportunidad de morir con dignidad.

Comentarios

escribenos