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Encontrar una vivienda digna, el mayor problema para un inmigrante

05 de Mayo de 2012 a las 11:43

Por Ciro Alquichire V.

Casas que más parecen inquilinatos por la cantidad de gente que las habitan, viviendas con cañerías rotas, insectos, ratas y hasta con moho; frías en inviernos por la mala calefacción y calientes en veranos por la falta de ventilación, son algunos de los lugares que deben soportar los nuevos y hasta antiguos inmigrantes a Canadá, porque sus bajos ingresos o los altos costos de los arrendamientos en las grandes  ciudades los obligan a vivir en ellas, según lo reveló un estudio realizado por la UBC, University of British Columbia.

Los investigadores examinaron la situación de los 600 inmigrantes y refugiados en Vancouver, Toronto y Montreal, y se encontraron que la media de estas personas viven en espacios de mala calidad, no porque quieran sino porque no pueden pagar más.

Lo peor es que la mayoría de estas personas dedican el 50 por ciento de sus ingresos en pagar un arrendamiento, algunos hasta el 75 por ciento, muy por encima de la media canadiense que le adjudica el 30 por ciento de lo que ganan. Cabe aclarar que sus sueldos por lo general de un canadiense son más del doble de un inmigrante y en la mayoría de los casos hay más de dos personas trabajando para mantener una vivienda.

El estudio dirigido por el profesor de geografía de la UBC Daniel Hiebert, dice que realmente para un inmigrante es muy difícil conseguir una vivienda digna para vivir, porque no cuenta con muchos ingresos.

Para los investigadores encontrar una vivienda resulta muy difícil si es un recién llegado, particularmente por los problemas que enfrenta la persona con el idioma y en algunos casos por no hay lugar para familias numerosas, dos aspectos que se le agregan a su falta de buenos ingresos.

Hay que destacar que el estudio deja claro que en la mayoría de los casos la situación mejora a medida que pasa el tiempo, pero pese a ello según los investigadores arrendar una vivienda digna seguirá siendo un problema por largos años mientras logran mejorar su calidad de vida y pueden comprar su propia casa.

De acuerdo al estudio el problema radica en los bajos ingresos, la mayoría de estos inmigrantes deben vivir con muchos menos de $ 20.000 por año por familia, mientras el ingreso promedio de una familia canadiense que viven en las grandes ciudades esta en $69.000.

En el área metropolitana de Vancouver, donde los precios medios de las casas en buenos lugares esta casi en un millón de dólares, para muchos inmigrantes y refugiados, y hasta para los canadienses de ingresos bajo, les resulta muy difícil comprar, por lo que pasan su vida en el mercado de alquiler y especialmente de los peores sitios que se dan en arrendamiento, o apartamentos en viejos o mal tendidos edificios.

De acuerdo a las personas encuestadas uno de los grandes problemas sobre este tema es que en gran parte los arrendatarios se aprovechan de los recién llegados y en algunos casos los estafan con contratos de arrendamiento a los que quedan atados, porque no saben cómo defender sus derechos.

En muchos casos los inmigrantes pagan mucho más por lugares que no reúnen las condiciones sanitarias requeridas y que de ser evaluados por un organismo de control sus propietarios no podrían ni cobrar la mitad de lo que piden.

La situación ha generado que muchos de los inmigrantes se muevan a pequeños poblados, o zonas alejadas donde el alquiler es más barato y de mejor calidad, pero el problema es que el trabajo está en la ciudad y por lo tanto deberán pasar la mayor parte de su tiempo en los autobuses o en un carro, pero si mejora la situación familiar en algunos aspecto, como una vivienda más digna para los niños.

Entre las comunidades que más se enfrentan al problema están los hispanos, africanos, chinos y sur coreanos, pero en general el mismo mal lo sufren todos los recién llegados, especialmente lo que llegan como refugiados a los que el Gobierno les asigna un pago mensual para cancelar su arriendo, pero que es mínimo frente a lo que deben pagar.

En promedio uno de estos lugares cuesta entre $ 631 y $ 875 de alquiler en las grandes ciudades. Por lo general son pequeños apartamentos adaptados en las casas o los sótanos que han sido adecuados como vivienda.

Canadá admitió cerca de 280.000 residentes permanentes en 2010, y seguramente muchos de ellos deben estar pasando por esta situación.

Lo más importante es que los tantos los inmigrantes como los canadienses tienen muchos derechos sobre lo que arriendan y en muchos los arrendadores deberán devolverles el dinero sin las vivienda no reúnen los mínimos requisitos para vivir dignamente. Cada ciudad tiene su organismo de control a donde se puede colocar la queja. 

El estudio se realizó para demostrar la falta de vivienda en las grandes ciudades para los inmigrantes y refugiados, en el participaron investigadores de la UBC, la Universidad de York en Toronto y el Institut National de la Recherche Scientifique, en Montreal.

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