RENUNCIA DEL PRIMER MINISTRO DE COREA DEL SUR - Cuando el naufragio de un barco hace naufragar un gobierno

Por: Anabelle Chacón Castro

Hace como un mes, tuve la oportunidad de estar en Corea del Sur y pasar de visita el sector del naufragio.   La vista hacia el mar es impresionante cuando se cruza por la autopista que une Incheon con la isla donde se ubica el aeropuerto internacional.  El flujo marítimo que se da en el sector es sorprendente, entre comercial y turístico, porque en los alrededores del aeropuerto internacional coreano se ha creado una ciudad libre de impuestos donde los turistas abundan por las compras de los más variados productos.

El 16 de abril del presente año el mundo fue sorprendido con una noticia nefasta del naufragio de un barco que llevaba 476 personas a bordo, de las cuales 171 fueron confirmadas inmediatamente como muertas mientras que 131 permanecía desaparecidas, lo que dejó una cifra de 174 sobrevivientes.  De los pasajeros a bordo, 340 eran estudiantes secundarios de Danwon High School, que se preparaban a tener unas breves vacaciones en la isla de Jeju, ubicada al suroeste de la península coreana.  Las cifras han ido variando acorde con el rescate y las investigaciones. El barco partió de Incheon y había recorrido tres cuartas partes de su ruta cuando ocurrió el siniestro.

Las operaciones de rescate fueron muy lentas y el capitán del barco abandonó la nave conjuntamente con otros tripulantes, dejando a la deriva a los pasajeros.  Se presume que el naufragio se debió a una mala maniobra del capitán y las víctimas fueron innecesariamente cuantiosas debido a las inadecuadas, o la ausencia de, instrucciones de emergencia ya que todos los pasajeros tenían puestos los chalecos salvavidas, pero muchos de ellos quedaron atrapados en sitios inaccesibles.  Capitán y tripulantes fueron arrestados y serán juzgados por los hechos. Con las labores de rescate, los errores se han repetido, como la entrega errónea de los cuerpos a las familias equivocadas.

Ante esta serie de desatinos, se han dado también una serie de reacciones.  Tres días después del accidente,  el subdirector del Instituto Danwon, Kang Min-Kyu, de 52 años, fue encontrado ahorcado cerca del gimnasio donde los familiares de los desaparecidos esperaban noticias.  Fuentes no oficiales informaron que él no pudo con el sentimiento de culpa de haberse salvado y no haber podido ayudar a las otras víctimas, tal cual lo expresó en un carta donde pedía perdón por ello y solicitaba ser cremado y que sus cenizas se esparzan en el sitio del hundimiento.