REFLEXIONES DE MUJER. En el Día Internacional de la Mujer

Por: Anabelle Chacón Castro

Por donde quiera que se analice la situación de la mujer todavía deja mucho que desear.  Año tras año el mundo hace un alto cada 8 de marzo para homenajear la a mujer, pero la realidad es que las transformaciones sociales respecto a la desigual de género son lentas.  Llevamos milenios de civilización y todavía las injusticias que se comenten contra la mujer siguen vigentes.

Parecería que en los países del primer mundo esto no ocurre pero lo que pasa es que se da en una forma más solapada.  Por ejemplo, pensemos cuantos gobernantes mujeres existe y la respuesta es que muy pocas y esto es reciente que ha ocurrido, porque antes no se podía ni concebir que una mujer fuese capaz de gobernar.  El protagonismo de la mujer en la historia formal de la humanidad siempre ha sido despreciado porque la historia, a más de ser escrita por los vencederos, es escrita por hombres.  Resulta reciente que historia sobre las mujeres afloran a la superficie y se analiza su papel en el desarrollo de la humanidad.

Hay un libro que se llama “Dios nació mujer”, del español Pepe Rodríguez, que tan sólo con el título dice mucho.  Primero, que si Dios nació implica automáticamente que no es eterno; y, segundo, si es mujer nos contradice la percepción que predomina en las religiones sobre la figura masculinizada de dios.  Este libro, no es una novela sino que es un tratado antropológico sobre la historia de la humanidad, basado en hechos arqueológicos e históricos, que describe la concepción divina de la mujer a inicios de la humanidad y el por qué del cambio hacia el dominio masculino que, resumiendo, se fundamenta en la fuerza física del hombre que comienza a controlar los excesos de producción; y, es mediante esta fuerza física la que permite que el hombre domine a la mujer.  Según Rodríguez esto se dio cuando la humanidad pasó de ser grupos nómadas a sedentarios y del pastoreo a la agricultura.  Es decir, muchísimos años atrás, pero esto no ha cambiado porque el dominio sigue y sigue fundamentándose en la fuerza física varonil pese a que han pasado miles de años y estamos en un mundo civilizado.

Si se habla de estadísticas respecto a la situación actual de la mujer, estas siguen siendo alarmantes.  Basta mencionar las que implican la violencia doméstica y ver cuántas mujeres siguen siendo víctimas de ella, pagando con su vida por el crimen de ser mujer.  Pero esto es algo que lo vivimos en el día a día, en los hogares, en los trabajos, en las calles, en todo sitio.  No se trata de victimizarnos sino de denunciar una realidad que está latente en la sociedad.    Muchas veces se considera como violencia contra la mujer únicamente la que es física y la que deja huella en el cuerpo, pero no se ve la que hiere el alma, la que denigra.  La violencia contra la mujer se manifiesta otras formas: psicológicas, sociales y económicas.  

Hay mucho camino por recorrer todavía y un día como este solamente nos sirve para  recordar que la imagen de la mujer merece respeto y equidad; y, que es un deber de todos, sin importar el género, dárselo y exigirlo en la sociedad; pero, sobre todo, las mismas mujeres necesitamos revalorizarnos, primero como personas para luego hacerlo como género.