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La situación Política de América Latina

02 de Octubre de 2018 a las 07:29

LA SITUACION POLITICA DE AMERICA LATINA

La historia la precede a 526 años de su descubrimiento

Por: ANABELLE CHACON CASTRO

El término América Latina o Latinoamérica es una región formada por 20 países de habla hispana que incluye a Brasil que habla portugués, aunque algunos también incluyen a Haití y otros prefieren usar el término como toda la región del continente americano que no habla inglés, es decir, para diferenciarla de la América anglosajona, como lo hizo Michel Chevalier, en su libro “Cartas sobre América del Norte” (1836) donde usa ‘latino’ en vez del acostumbrado ‘hispano’.

Aunque se dice que fue forjado por Napoleón Bonaparte, cuando puso a su hermano, el famoso Pepe Botellas, a regentar España; ya que en ese tiempo a los territorios americanos conquistados por la corona española se les conocía como Hispanoamérica.  Para diferenciarla y agregar a los territorios portugueses y franceses, Napoleón uso el adjetivo “latino” que describe la raíz lingüística del español, portugués y francés.   Fue así que la expresión América Latina paso a ser Latinoamérica y ahora conocida con el acrónimo Latam.

El destino de Latinoamérica se ha desarrollado paralelamente para casi todos los países que la conforman.  Desde épocas anteriores al descubrimiento de América, las culturas que poblaban tenían similitudes y dominaban grandes territorios.  En Centro América, los mayas y aztecas, en el sur los Incas.  Todas eran las culturas del sol y del maíz.   A diferencia del norte, donde las culturas no eran tan desarrolladas como las del rio Bravo hacia abajo, por eso no ofrecieron mayor resistencia a los pioneros, mientras que las existentes en Latinoamérica ofrecieron resistencia a la conquista y la colonización fue brutal y sangrienta.

De la misma forma que fueron conquistados, hubo también un momento para la independencia y eso ocurrió casi simultáneamente en todos los países, después de casi cuatrocientos años de colonización, época en la cual se implantó la lengua y la religión de los ibéricos, aunque en muchos casos se tuvo que darse un sincronismo para amalgame lo nativo con lo foráneo.

Después de la era independentista, vino el nacimiento de las repúblicas que se caracterizaron por las constantes luchas entre conservadores y liberales, que llevaron a los pueblos a luchas fratricidas, hasta alcanzar una relativa estabilidad en su democracia.  Pero Latinoamérica siempre se ha mostrado rebelde ante el poder y por ello la izquierda ha tenido acogida en la región.  Los gobiernos liberales, y luego los de izquierda, comenzaron a surgir en el panorama político como una respuesta al constante abuso de los conservadores que querían perpetuar un sistema señorial y de explotación.  Cuando la derecha comenzó a perder terreno, vinieron las dictaduras militares.  Hubo una época en que toda Latinoamérica estaba gobernada a punta de botas y sables, en algunos casos temibles como las de Argentina, Chile, Republica Dominicana, otras más blandas como las de Ecuador. 

El retorno a la democracia se vio dominada por la efervescencia de la libertad que rayó, en muchos casos en el populismo, para ser derrotado nuevamente por la derecha.  Con la caída del Muro de Berlín, la disolución de la Unión Soviética y el advenimiento del nuevo siglo, la izquierda latinoamericana se reagrupó en el Foro de Sao Paolo y así nació el Socialismo del Siglo XXI y sus líderes nuevos como Lula Da Silva, Hugo Chávez; y, en Ecuador con Rafael Correa.  Claro que esta fue la respuesta al fracaso de la derecha y al malestar de los pueblos con las políticas neoliberales que vieron en el caudillismo la reivindicación de sus derechos.

El discurso con el que llegaron estos líderes es el mismo, proclaman austeridad y viven en la opulencia, contentan a las masas con dádivas, pero no los sacan de la pobreza e ignorancia, hacen obras faraónicas, pero con sobreprecios descomunales, atacan a la prensa hasta el punto de la autocensura, son autoritarios y violentos y, por, sobre todo, no quieren dejar el poder, se autoproclaman mesías o crean dinastías para que continúen bajo la fachada de una democracia que se sostiene por el fraude electoral.

Ahora Latinoamérica está en un proceso de transición del que trata de salir de estos dictadorzuelos que han montado un sistema de corrupción que ha quebrado a sus países.  Basta ver el éxodo venezolano, sin precedentes en la historia de todo el continente, los constantes escándalos de corrupción en todos los países. En este panorama Odebrecht que se ha vuelto el símbolo que ha cabalgado como, en su tiempo, lo hizo la espada de Bolívar, pero no para liberar pueblos de la opresión, sino para sumirnos en la corrupción.

Vendrán tiempos mejores para Latam, pero todavía nos falta un camino largo por recorrer que solamente lo lograremos cuando los gobiernos corruptos y asesinos sean juzgados por la historia y la justicia, se recobren la institucionalidad de los poderes del estado; y, sobre todo, cuando maduremos políticamente y no los volvamos a elegir.

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